Dos plantas para la primavera:
Si hay una estación del año donde todo cambia —bueno casi todo— esa es la primavera. En medio de ese carnaval de colores y olores tenemos dos plantas maravillosas y que además son muy fáciles de cuidar: los geranios y la lavanda.
Los geranios son, sin lugar a dudas, unas de las plantas más agradecidas del mundo. Son fuertes, siempre tienen hojas y normalmente florecen casi todo el año para alegrarnos la vida. En realidad son plantas que pueden vivir bien en interior y exterior, lo único que requieren es una buena luz y un riego adecuado.
Si quieres tener a tus geranios en el interior, búscale un lugar cerca de una ventana; pero si está en el exterior mejor que mejor si el sol no le da directamente. Seguro que estás de acuerdo con Canela en Ramo cuando decimos que no hay mejor sitio para los geranios que un balcón o una terraza para que se luzcan a sus anchas.

El geranio es una planta que necesita poco riego, no obstante, en verano es mejor mantenerla húmeda porque sus hojas se pueden dañar con facilidad. La primavera es la época perfecta para abonarla, cualquier abono para plantas con flores le servirá. ah, el l otoño es época para podarla.
En el invierno recuerda que tienes que protegerla para que no le lleguen las heladas. En verano hay que tener cuidado con los bichos que se le puedan meter, por ello, te recomendamos esparcir algún insecticida que ayude a mantenerlos a raya.
Con relación a la lavanda debemos decir que además de bonita, sencilla, medicinal tiene un aroma que no deja indiferente a nadie. Su floración puede empezar en la primavera y durar hasta el otoño.
Viven perfectamente en el exterior, no obstante, en el interior tiene que ser mimada pues requiere mucha luz.
Si tu planta va a estar en el interior, Intenta poderla en una maceta grande para que sus raíces estén a gusto, colócala cerca de una ventana con mucha luz, ayuda que entren aire o calorcito (es una planta acostumbrada a vivir en tierras rusticas).
La lavanda no requiere de mucha agua, por ello, su riego debe ser moderado, evitando mojar sus hojas y flores para prevenir hongos. En verano puedes regarla un poquito más. La mejor época para la poda es antes de la primavera.
La lavanda resiste bien la temporadas de sequias, resiste también heladas y climas hostiles, lo que no le gusta es el exceso de agua. En primavera sus hojas son preciosas y empiezan a florecer, su máximo esplendor lo alcanza en el verano.

Recuerda que las flores de la lavanda pueden ser puestas en florero donde se pueden secar y estar allí todo el tiempo que quieras.
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